Año horrible

En estas fechas es costumbre hacer balance del año, ¿por qué será que lo primero que recordamos es lo malo? Este año no hay que hacer esfuerzos de memoria, para la mayoría ha sido un año horrible, donde se ha sobrevivido como se ha podido y lo mejor que podemos decir del 2009 es que se acaba. Pero no deberíamos olvidarlo, muy al contrario debemos mantener siempre frescas en la memoria las consecuencias de la avaricia, de las injusticias que produce un sistema, sin control alguno, donde se aprovechan unos pocos terroristas económicos y desgracian la vida de los demás. Se ha puesto de manifiesto con una enorme claridad la maldad de un sistema basado exclusivamente en el mercado como un sistema económico, político, social y cultural, es decir, todo es el mercado. Un viejo pensamiento puesto al día en los think tank de la derecha, difundido por sus medios de comunicación, aplicados por sus centros de poder económico y favorecido por el poder político. Cuando este enorme tinglado sufre una crisis tan profunda como ésta, no tienen reparos en defender y aplicar los principios de redistribución de la riqueza que defiende la izquierda y con una enorme desvergüenza culpan a los demás de la catástrofe que ellos han provocado y, con un gran cinismo se presentan como los salvadores. De este desastre no tiene la culpa Zapatero, de verdad, como no tiene la culpa el capitán de un barco al que le han abierto una brecha en el casco e intenta, con todos los medios a su alcance, que el barco flote.

Lo que mejor define lo que ha sido este año es la encuesta que se publicaba ayer. En los problemas de los españoles ocupa el primer lugar el desempleo, después la situación económica y en tercer lugar la política. Es decir, el problema de la inmensa mayoría es el paro, provocado por la crisis económica y que la política no resuelve. En la película El Padrino un personaje decía que “la economía es un arma y la política es saber cuándo hay que apretar el gatillo”. En este caso el arma se ha encasquillado, y no dispara por mucho que se apriete el gatillo.

Lo que realmente se está reclamando por parte de la sociedad es que todos los políticos se pongan a trabajar para salvar la situación, porque esto es mucho más difícil de resolver si la derecha, en la oposición, no sólo se niega a colaborar, sino que critica y entorpece todo lo que hace el Gobierno, sin aportar ninguna propuesta, sólo esperando que la situación empeore cada vez más, porque así gobernarán ellos. Volviendo al barco ¿Qué diríamos de los que se niegan a achicar agua porque lo que quieren es que el barco se hunda?

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