23 de diciembre de 2018

PERDER EL NORTE


Estos últimos días hemos presenciado los altercados que han tenido lugar  con motivo de la celebración de un Consejo de Ministros en Barcelona. Hemos podido comprobar las imágenes en las que los radicales independentistas mostraban su furia,  su capacidad para destrozar el mobiliario urbano y provocar a los mossos.  Apretaron, como les ordenó el descerebrado de su President. Qué lejos queda este personaje de antecesores  suyos en el cargo, que demostraron una gran capacidad política, pero ha preferido ser el muñeco del ventrílocuo Puigdemont, que ya demostró también  sus escasas dotes para resolver la complejidad que entraña administrar el sentimiento independentista. Jamás la Presidencia de la Generalitat ha podido caer tan bajo.
Siempre he tenido a los catalanes por gente inteligente, emprendedora, cordial, culta y con una gran capacidad creadora. Nunca han renunciado a marcar sus diferencias con el resto del Estado, desde niños y durante generaciones han sido educados en resaltarlas,  pero ahora se utilizan para poner rumbo a un objetivo imposible de alcanzar. He discutido con independentistas que el camino de la unilateralidad no va a ningún sitio, pero he perdido el tiempo, no razonan, ningún radical lo hace porque habitan en el mundo de los sentimientos. Es asombroso escuchar los argumentos que esgrimen y su seguridad en que van a ser reconocidos por Europa, con un desconocimiento absoluto de la realidad.  De pronto ha desaparecido el “seny”, que durante épocas ha definido el comportamiento de la burguesía y de gran parte de la sociedad catalana,  que tantos éxitos ha conseguido en el transcurso de la historia. Por el contrario ahora es una sociedad dividida y crispada que salta a la menor ocasión, con una violencia inusitada, que la incapacita para construir algo positivo, una cualidad que la caracterizaba.   
No es mi intención analizar aquí la indudable complejidad por la que atraviesa Cataluña. Me limito simplemente a destacar mi asombro e incredulidad por los acontecimientos que se están produciendo.
Al mismo tiempo tenía lugar otra manifestación de protesta, también en Barcelona y también violenta, protagonizada por un numeroso grupo de personas que protestaban contra el Ayuntamiento porque unos agentes de la guardia urbana  habían matado  una perra. Se han podido ver en imágenes cómo tiraban objetos contra la fachada del Ayuntamiento con una agresividad que se reflejaba en sus rostros desencajados por la furia y gritando ¡asesino! al agente que disparó.
Coincidiendo con las manifestaciones de ira por el “asesinato” de una perra, se  producía en el mar de Alborán  el naufragio de una patera en el que perecían 13 personas y desaparecían otras 12,  que venían a sumarse a las 146 personas muertas en el mes pasado y a las 6.174 víctimas que se calculan desde 1988. Los medios de comunicación han dedicado mucho más tiempo al incidente de la perra que a la tragedia de la migración y nos hemos enterado hasta de su nombre, “Sota” . ¿Sabemos el nombre de alguno de los fallecidos por buscar una vida en la que no sea perseguido y no pase hambre?
Que se sepa nadie se ha manifestado por la muerte de esas 25 personas, ni con ira ni sin ella. Al parecer para esta sociedad provoca más indignación la muerte de un perro que la de esos seres humanos. ¿Cómo es posible que se produzcan estos hechos tan irracionales en el seno de una sociedad que se denomina culta y solidaria? ¿Dónde están los líderes políticos y sociales que pregonen la sensatez? Necesitamos con urgencia dirigentes políticos que reconduzcan esta atmósfera de crispación que respiramos y que está fomentada por unos insensatos pirómanos que incendian con mentiras y falsedades, como los líderes independentistas, como Casado y Rivera, al frente de sus aguerridas tropas, que predican con furia contra el entendimiento y el diálogo como forma democrática de resolver los problemas y contra la acogida de inmigrantes, con discursos xenófobos, más propios de regímenes dictatoriales. Es hora ya de que la izquierda se ponga el mono de trabajo,  deje ya de mirar las encuestas como la madrastra de Blancanieves miraba el espejo mágico y empiece a imponer su discurso en medio de tanto griterío y tanta mentira. Difícil, pero no imposible.
  


4 de diciembre de 2018

LA RECONQUISTA EMPIEZA EN ANDALUCÍA


Así definió el líder de VOX el resultado electoral del pasado domingo, Andalucía convertida en la Covadonga del siglo XXI y él en D. Pelayo. Enfrente no estaban los sarracenos,  sino los socialistas corruptos y los comunistas chavistas, mala gente a la que hay que expulsar o eliminar del suelo patrio para conseguir la unidad de España y el triunfo del cristianismo.
Es un lenguaje que ya teníamos olvidado y que habíamos conseguido superar con la construcción de una sociedad libre y abierta. Veíamos que este fenómeno del renacer de la extrema derecha ocurría en otros lugares, pero aquí no porque estaban dentro del PP. Y así era hasta que se han separado y  han cobrado vida propia hasta hacerse presente e irrumpir fuertemente aprovechando nuestro sistema democrático.
Un fenómeno que tiene su causa principal en las crisis que provoca el capitalismo. La Gran Depresión trajo como consecuencia el nacimiento en Europa de los movimientos fascistas y nazi. Hitler alcanzó el poder elegido en las urnas. Ahora la Gran Recesión ha traído el resurgir de esos movimientos en Europa, a los que Trump y Bolsonaro no son ajenos. Es decir, son consecuencia del descontento general, de los profundos desequilibrios sociales que provoca y de la carencia de soluciones por parte de las democracias. Ese ambiente es un terreno propicio para que arraiguen los discursos más sencillos y demagógicos que no necesitan explicación y que tienen una gran acogida entre los descontentos por la ineficacia de los partidos políticos.  Ahora vemos en Francia brotar protestas muy duras, sin nadie que las lidere, es la expresión del nivel máximo de hartazgo y de que siempre paguen el pato los mismos. Una consecuencia del capitalismo salvaje que campa sin control produciendo desequilibrios sociales insoportables.
En este ambiente, se celebraron las elecciones andaluzas, las primeras de una larga etapa de convocatorias que tendrán lugar el año que viene. Estaremos en campaña electoral más de un año, con lo que eso significa.  El resultado electoral del domingo ha desconcertado por imprevisible y por la rotundidad con que ha hecho su aparición el neofranquismo,  ningún sondeo de opinión nos lo anunció. Además  irrumpe con capacidad para decidir nada menos que el Gobierno de la Junta de Andalucía. El PP que ha obtenido los peores resultados de su historia, se ha apresurado a contar con ellos para conseguir la Presidencia,  Pablo Casado se ha pasado toda la campaña lanzando mensajes muy parecidos a los de VOX, con los mismos  contenidos, Cataluña, la inmigración y la recentralización del Estado. De siempre esta derecha española ha tirado al monte, incapaz de deshacer de su herencia franquista y por tanto no le cuesta nada pactar con una fuerza que  aunque sea antisistema  es hermana de sangre.   
                                                                                               
Ciudadanos tiene en sus manos una difícil decisión política. Aunque se han postulado para presidir la Junta, son conscientes de que no lo pueden conseguir, por más que utilicen la serie de Borgen para sostener su pretensión. Son la tercera fuerza política, pese a ser los que más han subido en votos, en el transcurso de las negociaciones tendrán que venderse para que gobierne el PP.  En esta situación aparecerán en una foto indeseable  votando junto a VOX. Desde su aparición  en el panorama nacional han estado cambiando de posición constantemente y han ido desde firmar un programa de gobierno con el PSOE, hasta mantener posturas más de derechas que los populares.  Cambiar de opinión se puede admitir, pero tiene una línea roja, coincidir con una fuerza política franquista. Sería una postura muy difícil de explicar en una fuerza política liberal. Quién se alíe con VOX se mancha y aún quedan por delante las elecciones autonómicas, municipales, europeas y generales.

El PSOE debe asumir el error cometido que le ha costado muy caro. Las elecciones no estaban ganadas, estaban ganados los sondeos y la experiencia nos dice que es una situación propicia para que el electorado se desmovilice.  Ha faltado ilusionar a los andaluces con un  nuevo proyecto, como se ha hecho en el pasado. Ha habido otro inconveniente, el debate sobre Cataluña ha impregnado todo, impidiendo en gran medida que se debatiera sobre Andalucía. A esto hay que añadir que el discurso negativo de los 36 años en el Gobierno ha calado entre los votantes, pero tampoco han querido que el relevo sea el PP, al que también han castigado duramente.

Podemos e IU tienen que sacar conclusiones. En teoría la unión de la izquierda debe ser el objetivo a perseguir, pero los dos experimentos que ha habido han sido un fracaso, no solo no han sumado sino que han restado apoyos. El electorado de la izquierda está muy fragmentado y se ha demostrado que unir los pedazos en un puzle no es la solución.
Lo más importante  y urgente que tiene que tener  la izquierda es cómo se frena a la extrema derecha y a sus aliados camuflados de demócratas,  cara a las próximas elecciones. Una idea, pisar más la calle, estar más en contacto con los problemas de la gente y explicar con mucha pedagogía las propuestas que se hacen.

16 de octubre de 2018

PATRIOTAS


La derecha española es temible cuando detenta el poder, pero aún más cuando está en la oposición, piensa que el no gobernar es una anomalía que hay que subsanar cuanto antes por cualquier procedimiento. Todo vale, especialmente mentir y despertar en la gente sus instintos más primarios. Lo hacen porque piensan que España es solamente el Partido Popular que es el único Partido que la defiende,  los demás somos antiespañoles que queremos romper España. Por eso si no gobiernan, su España se disuelve entre los separatistas, terroristas y gente de mal vivir. De ahí la necesidad ineludible que tienen de gobernar si se quiere que España perdure…y el Rey… y la Iglesia.
Esa es la idea que  nos ha puesto de manifiesto Pablo Casado y sus compañeros más aguerridos. Partiendo de ese principio, heredado del franquismo, solamente está España dónde estén ellos y están obligados necesariamente a defenderla en exclusiva de los que se llaman falsamente españoles, porque lo que de verdad persiguen es destruirla. Este es un concepto de la época franquista, son los “salvapatrias”. Es lo mismo que nos decían a los demócratas durante la dictadura. Exactamente lo mismo, con la diferencia de que entonces te podían meter en la cárcel. Algo hemos avanzado, aunque ahora da la impresión de que si pudieran…
El nuevo-viejo líder de esa derecha está volviendo sin disimulo, a los principios de los defensores más ultras  de ese concepto excluyente. Da miedo oír lo que dice. Son los mismos mensajes que lanza la extrema derecha de VOX, con quien ha confesado coincidir. Lo que más preocupa es que no lo dice solamente para ganar votos en ese nauseabundo caladero,  lo hace porque se cree de verdad  su discurso.
Se apropiaron de la bandera, es su bandera, de ellos solamente, de tal modo que ver una bandera rojigualda en un balcón, en la pechera de alguien, en la correa del reloj, en un llavero, en un abanico o en un cinturón, se identifica a uno de sus votantes. Ellos son los únicos que reparten banderas en la calle. Esa identidad también es heredada del franquismo como afirmación de quién ganó la guerra contra la bandera tricolor, que no se nos olvide.
Por eso el hecho de haber perdido el Gobierno mediante una moción de censura, por primera vez en España, les trae a mal traer y les reafirma aún más en sus heredados principios.
Para ellos no existen las razones de Estado que deben consensuarse y defenderse por todos porque son de interés general. Y no existen porque el Estado son ellos solamente. Si el asunto a tratar, por ejemplo los presupuestos que tienen que ser aprobados por la UE, no se limitan sólo a  oponerse democráticamente en el Parlamento, su líder  se planta en Bruselas hablando mal de España para intentar que no se aprueben, porque no los presenta la España de ellos que es la verdadera, si no que lo hace la chusma bolivariana que va a hundir, no solo la economía española sino también la europea. Y se da la paradoja de que estos patriotas atacan a su país, mejor dicho el nuestro, fuera de nuestras fronteras con argumentos como que los verdaderos presupuestos de España son los que presenten ellos. Y si no pueden hacerlo, prefieren que no haya y que se castigue a millones de españoles. Unos auténticos patriotas que cantan con entusiasmo y emoción “El novio de la muerte”, No han dicho si estarían dispuestos a dar su vida por España.
A los que ya somos mayores y sufrimos el lavado de cerebro que nos hizo la dictadura, nos enseñaron la grandeza de nuestro pasado y que en el imperio español de Felipe II no se ponía el Sol. Esta afirmación era difícil de superar, pero ahora el nuevo-viejo líder lo ha conseguido. Nos ha contado que fuimos los protagonistas del mayor fenómeno de la humanidad, desde la romanización. Descubrimos el Nuevo Mundo, cosa que nadie puede decir. Somos únicos y tenemos que estar orgullosos de serlo. Incluso los parados o los que tienen la suerte de trabajar muchas horas al día por un salario de miseria, gracias a la reforma laboral que nos impusieron ellos, los de la España eterna.
Ya sabemos que están dispuestos a todo por salvar a España, ya lo hicieron en el pasado sus antecesores y aunque costó centenares de miles de muertos, la salvaron de las hordas marxistas, de la masonería y de los ateos. Ahora están dispuestos a salvarla de las miserias bolivarianas que, con presupuestos como el que han presentado en Bruselas, nos conducen al hambre y a la pobreza. Tenemos que estarles agradecidos, son unos patriotas de pura cepa.

  


15 de mayo de 2018

¿HASTA CUANDO?


Lo que hemos visto en estos últimos días en la franja de Gaza es el retrato de la maldad humana, uno más en la masacrada zona palestina. Hemos visto desde que comenzó la nakba (el desastre) hace 70 años, imágenes de niños tirando piedras a los tanques y muriendo por ello, bombardeos crueles sobre la población civil, hemos visto como destruían sus viviendas como castigo. Me contaba un voluntario de una ONG que durante la intifada, los israelíes le partían los brazos a los niños para que no pudieran tirar piedras, hemos visto…el horror.
La imagen de estos días que nos mostraban a los francotiradores apostados en un terraplén  disparando con toda tranquilidad con balas de carga hueca, que destrozan el organismo, contra los palestinos que tiraban piedras, son de una crueldad insufrible. El resultado hasta ahora ha sido de 60 muerto y 2.400 heridos, cien de ellos en estado crítico. En las últimas semanas se han contabilizado 100 muertos y 10.000 heridos. En estos 70 años se puede hablar de un auténtico exterminio ¿Estarán orgullosos de su hazaña los asesinos que  perpetran estas matanzas? Me resisto a creer que disfruten con ello, aunque da la impresión. Es inconcebible que exista tanta maldad en una mente humana.  Entretanto el glamour impregnaba la ceremonia de inauguración de la embajada de EE.UU. en Jerusalén, era la forma de dinamitar cualquier esperanza de arreglo de la situación en Palestina. Pero no tenían caras de preocupación, total se trataba en el peor de los casos de matar a unos cientos o miles de personas más, como un ejercicio de tiro al blanco.  Como todos se callan, pueden hacer lo que quieran. Preparémonos para lo que va a venir, el maníaco  que gobierna en la Casa Blanca, junto con el integrista Netanyau, están organizando el desorden mundial y nos han demostrado  lo que están dispuestos a hacer. Esto ha sido una pequeña muestra de lo que se nos viene encima.
Mientras tanto, el pueblo palestino vive hacinado en el gueto de Gaza,  con los escasos servicios controlados por sus guardianes israelíes, que se los cortan cuando quieren y los dejan sin luz, agua, alimentos, medicinas y lo que haga falta, y si protestan los matan. A los que viven en Cisjordania les quitan los terrenos para poblarlos con israelíes, sin derechos que los protejan, si protestan les envían al ejército. Todo esto lleva pasando muchos años, mientras la comunidad internacional mira para otro lado. Se boicotean por EE. UU. las propuestas de condena en Naciones Unidas, y si logran pasar son descafeinadas, nadie les hace caso y para los dirigentes israelíes son papel higiénico. Israel ejerce una fuerte censura que impide por la fuerza que los periodistas puedan certificar las masacres. Nadie protesta, los medios de comunicación están dirigidos por intereses de los lobbing  judíos que controlan muchos de ellos. Al final las víctimas palestinas no son hombres, mujeres y niños, son números y si son muy escandalosos, se ha tenido que utilizar la fuerza de una manera proporcionada, se justifican, ¿A qué llamarán fuerza desproporcionada? Hace tiempo en una viñeta del impagable El Roto, un niño le decía al padre, “han matado a cientos de personas” y el padre le respondía “Si, pero no las conocemos”.
Ya no recuerdo las veces que me he indignado por acciones como esta, ¿a dónde acudir? Nuestro ministro de Exteriores balbucea palabras que apenas se entienden, mirando de reojo al corazón del imperio, para no molestar. A Rajoy le preocupan otras cosas más importantes, que el Real Madrid pueda ganar la liga de Campeones. Solo el Presidente francés Emmanuel Macron ha alzado la voz de protesta, no servirá para mucho, pero al menos demuestra que hay alguien que si le conmueven hechos como éste. Ante este panorama lo que más duele es la impotencia que nos invade, ¿A quién acudir para que detenga esta locura? Pobre pueblo palestino, lo echaron de su tierra, lo hacinaron en un lugar inhóspito, lo aislaron con un muro y además los exterminan.
¿Hasta cuándo van a abusar de nuestra paciencia?


28 de abril de 2018

NO ES LA LEY, SON LOS JUECES


La aprobación de una ley por el órgano legislativo  supone la respuesta a una realidad social que requiere ser regulada. Siempre se tiene en consideración los diversos aspectos que puede presentar esa realidad para intentar incluirlos, pero nunca podrá ser una redacción exhaustiva que contemple todas las circunstancias. En primer lugar porque es imposible poder encorsetar la dinámica social, que introduce de manera permanente cambios  en sus comportamientos y en segundo lugar porque si se pudiera realizar una regulación tan exhaustiva que pudiera contemplar la absoluta totalidad de los supuestos que se pudieran dar, haría innecesario el poder judicial, la justicia sería aplicada mediante  un trámite administrativo y podría impartirse de forma automática por un ordenador. Ya le gustaría a más de uno que eso fuese así y que pudiera tener en sus manos el mando del ordenador. Aquí ya pasamos por algo parecido a eso pero más cutre.
 Un sistema democrático funciona desde el principio de respeto a la libertad, de ahí la división de poderes. Quien hace las leyes que regulen esa libertad no puede interpretarla en caso de conflicto, es una garantía para poder ver el problema con más objetividad. Esto, que en principio y como enunciado, es racionalmente aceptable, tropieza con que la aplicación de ese concepto queda en manos de personas, cada una con sus principios, su cultura, su ideología, sus problemas personales, familiares, etc. Y de ahí surge el  problema irresoluble de que existan algunos jueces que contaminen con sus principios, intereses e incompetencia  la necesaria objetividad que requiere el ejercicio de su profesión.
En el juicio contra la Manada, un grupo de salvajes con la mente saturada de películas porno, se ha puesto de manifiesto la peor cara de la Justicia. La inmediata y masiva respuesta de la sociedad contra la sentencia emitida por el tribunal ha demostrado que este tipo de jueces no están capacitados para administrar justicia. No es conveniente perderse en el laberinto de los recovecos jurídicos que tan aficionados son los juristas para justificar determinadas actuaciones. En casos como este en el que una chica adolescente es violada repetidamente y humillada  por un grupo de salvajes , que graban su fechoría para después poder exhibir su “hazaña”, que al final le quitan el móvil para que no pueda comunicar a nadie el atropello sufrido, que se sienta sola en un banco llorando aturdida, que denuncia a la policía lo que le han hecho, ¿no está suficientemente probado que esos malhechores han actuado contra su voluntad, que se ha sentido atemorizada, que ha sido objeto de una violencia sicológica extrema? El argumento utilizado para calificar el acto de abuso y no de violación está en la interpretación de la palabra violencia,  según el tribunal no existió. ¿Qué entiende el tribunal por violencia?  Un grupo de cinco hombres que acorralan a una chica en un rincón con el objeto de violarla ¿no es violentar su voluntad? ¿Es necesario que encima le peguen? ¿Tan difícil es de entender el terror que se apodera de alguien en esa situación? Naturalmente que todos lo entendemos, todos menos el tribunal y especialmente el magistrado Ricardo González, un experto en diferenciar los gemidos de dolor de los del placer. En su voto particular viene a concluir que la chica consintió (qué remedio le quedaba)  y lo pasó muy bien. Por eso los denunció después, seguramente por no haberle proporcionado suficiente placer. Es demencial.
El presidente del Tribunal Supremo ha salido pidiendo que se respete a los jueces que han intervenido en este caso y ha defendido la sentencia. Eso le entra en el sueldo. Pero añade que las descalificaciones realizadas por cargos públicos compromete gravemente la confianza de los ciudadanos en el sistema judicial. Lo que hace a los ciudadanos perder la confianza en la Justicia es este tipo de sentencias. Ahora lo que procedería por su parte es impedir que personas como  estos magistrados  vuelvan a poner en entredicho uno de los pilares del sistema democrático. También le entra en el sueldo.
El Código Penal se puede reformar, especialmente con contenidos que regulen con más pormenor estas circunstancias, pero en este caso que nos ocupa, la ley tiene suficiente contenido como para haberla aplicado  más ajustada al sentido común, que también debe formar parte de la interpretación jurídica.


26 de marzo de 2018

LA AGRESIÓN DE LAS COFRADÍAS.


Como era de prever el traslado de la carrera oficial de la  Semana Santa a la Mezquita-Catedral, ha supuesto para la ciudad un coste difícil de asumir.
La agresión que sufre el corazón de nuestro patrimonio histórico es muy grave. Los cordobeses que amamos nuestros monumentos y presumimos con orgullo de ellos, sentimos una punzada en el estómago cuando vemos, por ejemplo, los palcos que han colocado en el podio que rodea los muros de la Mezquita, una agresión sin precedentes que solo ha provocado una tibia reacción de la Comisión Provincial de Patrimonio ¿Cómo es posible que nuestras administraciones  sean tan rigurosas con todo lo que afecta a la imagen  de nuestros monumentos y no actúen con firmeza ante la agresión que ha sufrido el principal monumento de nuestro patrimonio?¿Cómo se puede interpretar que el proyecto de instalación de los palcos y las sillas, según se ha manifestado, no haya sido aprobado por el organismo encargado de este menester, y más en este espacio tan delicado de la ciudad? ¿Ha sido por descuido o permisividad?    Y me da miedo preguntar ¿Se van a autorizar estos desmanes en lo sucesivo? Porque si es la Iglesia la que manda, reclamo que haya  elecciones libres para poder elegir  al obispo y a la dirección de la Agrupación de Cofradías, dado que al parecer son los que  deciden por donde van y en qué condiciones, sin importarles para nada deteriorar los valores que tenemos en la ciudad. Al menos que no sea una dictadura y podamos decidirnos por los que menos destruyan y mejor defiendan nuestro patrimonio. Por si se les ha olvidado, conviene recordar que tanto la Mezquita-Catedral como el Casco Histórico, por dónde desfilan, están declarados Patrimonio de la Humanidad. Esto conlleva que se extreme el cuidado de su mantenimiento, y eso no compete exclusivamente a las administraciones públicas, que por supuesto no pueden hacer dejación de sus obligaciones, sino también a todos los ciudadanos que tenemos la suerte de ser y vivir en Córdoba.

Columna de opinión en la Cadena SER.




26 de febrero de 2018

ADIÓS PALOMA


La paloma de Cajasur ha desaparecido. Los banqueros vascos han decidido que ha llegado el momento de cambiar los símbolos del pasado y lo han sustituido por su imagen corporativa. Han sido discretos, han dejado pasar unos años para efectuar el cambio a fin de no provocar un impacto brusco. Es lo que tienen los banqueros, no quieren asustar, saben mejor que nadie que el dinero es difícil de obtener y fácil de perder. Pasado estos años ya se puede efectuar el cambio sin que nadie se dé cuenta.

¿Se acuerdan? Cuántas explicaciones nos ha pedido la gente de fuera que nos preguntaban con asombro, cómo era posible que una entidad bancaria fuera propiedad de la Iglesia y además que la presidiera un cura. La verdad era que no sabíamos dar repuesta, seguramente porque tamaña incongruencia no tiene explicación. ¿Cómo explicar que un banco cuyo objetivo es ganar dinero con los intereses de los préstamos que hacía a la gente necesitada, podía ser propiedad de una institución cuya misión, dicen que es ayudar a los pobres? ¿Cómo explicar que el símbolo era una paloma que representaba al Espíritu Santo? Pero lo peor de esto era que nos habíamos  acostumbrado y lo veíamos normal. Total, si nos habían hecho creer en la Santísima Trinidad por qué no creer en un misterio más.
Ahora, no me digan que no era un gran invento unir el poder terrenal con el poder espiritual.

Menos mal que ya no tenemos que dar explicaciones, el color púrpura eclesiástico y la paloma han desparecido, Ahora hay al frente un banquero como Dios manda. Ya se sabe, a Dios lo que es de Dios y a la banca, el dinero.

Columna de opinión en la Cadena SER.

18 de febrero de 2018

La Historia en las cunetas.


  Mis recuerdos se hunden en el secretismo con el que mi madre contaba, en voz muy baja, que en los años que duró la guerra y los que le siguieron, oía por las noches con verdadero terror las descargas de fusilería  con que se asesinaban a los vecinos en la tapia del cercano cementerio de la Salud. Aprendimos entonces que había cosas que no se podían contar, como si nunca hubieran ocurrido y las escondimos tanto en el fondo de nuestra memoria que ha costado muchas décadas desempolvarlas. 
El franquismo cometió cientos de miles de asesinatos que quedaron impunes. Lo hicieron con una crueldad inusitada y privaron además, a los familiares de las víctimas del consuelo de poder velar y enterrar sus cadáveres de una forma digna y decente. Conmueve ver en estos días los restos mortales  que están desenterrando en las cunetas  o cualquiera de las fosas comunes que se están excavando. Sólo desde unas mentes rebosantes de odio se puede concebir tanta crueldad.
Pero la maldad del franquismo no se limitó a asesinar, también nos ocultaron a los niños en la escuela la historia de lo que ocurrió. Aprendimos que Franco, Queipo de Llano, Mola, Cascajo, José Antonio, eran unos héroes que  se sacrificaron por librar a España de judíos, masones y comunistas, La Iglesia Católica colaboró activamente en la salvación de las almas, aunque el precio fuese arrancarlas del cuerpo a tiro limpio. Fue la salvadora de la civilización frente a las hordas de ateos y marxistas, aunque no nos explicaron muy bien qué hacían los obispos ocupando escaños en las Cortes.  La cultura se limitaba a leer los clásicos y a José María Pemán. Descubrí la existencia de Miguel Hernández de mayor y por mi cuenta. Los perdedores no existieron, Azaña fue el asesino del tiro en la barriga y Santiago Carrillo, el asesino de Paracuellos. Los maestros eran del Régimen, los anteriores de la República los fusilaron o represaliaron. El resultado fue que varias generaciones  crecimos en la más absoluta ignorancia de lo que realmente ocurrió, nos cambiaron la historia, con el añadido del miedo que nos habían transmitido nuestros mayores. Esa ignorancia continuó cuando llegó la democracia. El ruido de sables en los cuarteles y el miedo a una repetición de la tragedia, hizo que nos conformáramos con la recuperación de las libertades y la democracia, que no era poco, pero nada de mirar hacia atrás. Una ley de amnistía para los asesinos y aquí no ha pasado nada. La Historia continuó enterrada en una cuneta. 
En esas condiciones, ¿alguien sensato puede pensar que conocíamos, por ejemplo, quién era Antonio Cañero? 
Cuando remodelamos la plaza del barrio, la Asociación de Vecinos nos pidió que cambiáramos el nombre que tenía de Monseñor Fernández Conde.  No querían el nombre de un obispo para su plaza y nos pidieron que le pusiéramos el nombre del barrio. Por cierto, entre los vecinos había bastantes “comunistas”. Y el Pleno, por unanimidad lo aprobó. Hace muy pocos años que me enteré quién era Antonio Cañero y su comportamiento en la guerra civil.
El año pasado (2017) supe que el interventor que habíamos tenido en el Ayuntamiento durante los primeros años, Antonio Baena Tocón, fue miembro del Tribunal Militar que condenó a Miguel Hernández. Aunque en su momento lo hubiéramos sabido, poco se podía hacer, estaba amnistiado. Me adelanto a la posible acusación de que “los comunistas” consentimos tener de interventor  a un sujeto como ese.
Es un sarcasmo que los representantes políticos de esta derecha del PP, empeñados en parecer herederos del franquismo, utilicen nuestro desconocimiento, fruto de la represión sufrida en la dictadura, como argumento político. 
Ahora las circunstancias han cambiado, estamos conociendo la verdad de lo que pasó por investigaciones realizadas por historiadores que se han hecho públicas. Estamos conociendo la historia que nos ocultaron, estamos sacando a la historia de las cunetas en las que la enterraron. Ahora existe una Ley de la Memoria que obliga a recuperar los restos de las víctimas y a borrar de los espacios públicos los nombres de los represores. Su aplicación está llevando a reparar ese espacio negro de nuestra historia, muy tarde, es cierto, pero es la consecuencia del miedo que sembraron durante cuarenta años. Llevaba razón el dictador asesino, "lo dejo todo atado y bien atado".