SINVERGÜENZAS, INEPTOS Y APROVECHADOS


Vivimos asustados por la caótica realidad que nos rodea, cada día que pasa nos meten el corazón en un puño y nos amenazan con nuevas medidas que nos asfixiarán más todavía. Ahora tienen que rescatarnos porque estamos secuestrados por sinvergüenzas e ineptos. ¿Y eso cuánto nos va a costar? Porque lo pagaremos nosotros una vez más.
Miramos al Gobierno que hemos elegido para que nos saque de esto, porque el PP decía que el culpable era Zapatero y el pueblo les votó. Y estamos asombrados de su incapacidad, desconcierto e improvisación. Nos mintieron en todo, nos tomaron el pelo. No tienen ni idea de lo que tienen que hacer, aunque aprovechan la mínima ocasión para imponer su ideario político y adelgazar todo lo posible el Estado democrático porque, en el fondo, no creen en él y permiten que el poder económico y financiero campe a sus anchas; y si tiene problemas, barra libre: pagamos todos.
Lo que más inquieta de esta situación es la falta de respuesta, de sublevación por parte de la ciudadanía. La voz de los partidos de oposición o no existe o la aplastante mayoría del PP en todos los poderes del Estado y mediáticos la acallan. Ciertamente los sindicatos intentan movilizar a la población contra tanta injusticia con éxito en sus convocatorias, pero ineficaz en sus resultados. El movimiento del 15-M es absolutamente inocuo, pese a demostrar una gran capacidad de movilización. Todo esto ni inquieta ni preocupa al Gobierno, que además amenaza con una ley que “regule” la huelga.
Ni siquiera los escándalos que estamos viviendo estos días con Bankia, el caso Dívar o el perdón a los grandes defraudadores del erario público  movilizan, más allá de las tertulias y los comentarios en la red.
¿Cómo es posible que no haya ninguna reacción ciudadana contra el atraco que supone sacar de nuestros bolsillos 23.500 millones de euros para salvar un banco y que nadie sea responsable y nadie dé explicaciones? Con ese dinero se podrían haber ahorrado gran parte de los brutales recortes con los que nos está achicharrando Rajoy.
Cuando cientos de miles de personas tienen que ir a las ong para poder conseguir comida, cuando millones de personas no llegan a fin de mes, cuando millones de jóvenes ven cortadas sus ilusiones y esperanzas en el futuro, cuando cientos de miles de pequeñas empresas tienen que cerrar por las deudas que acumulan, muchas de ellas porque la Administración no les paga; cuando la pobreza se apodera del país, va el Presidente del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, y se pasa gran parte de sus días de trabajo en lujosos hoteles de Marbella con cargo a nuestros bolsillos. Y no solo sigue en su cargo, sino que lo considera normal, y cuando se pone una denuncia contra este comportamiento, sus correligionarios la frenan. No ha lugar. Con Baltasar Garzón le buscaron tres pies al gato para expulsarlo de la carrera judicial, sin embargo a Dívar se le tapa, se le exculpa del escándalo que supone malversar fondos públicos de forma descarada en los tiempos que corren. ¿Dónde está la Justicia? ¿Por qué no hay reacciones ante este escándalo?
En estos días en que estamos cumpliendo con nuestro deber de ciudadanos –contribuyentes y pasamos por la Hacienda Pública para pagar lo que nos corresponde, desde el reconocimiento de que todos debemos contribuir al mantenimiento del Estado de forma proporcional a nuestra renta–, el Gobierno declara una amnistía a los defraudadores que han ocultado su dinero, proveniente de operaciones ilegales y posiblemente delictivas. Los que hemos respetado la ley pagamos, los que no lo han hecho y se han forrado, no. Se nos queda cara de idiotas.
Lo más grave de todo esto es que la ciudadanía no cree ya en este sistema democrático, porque los responsables de defenderlo son los que lo están derribando. El descrédito en las instituciones y en la política ataca los cimientos de la democracia y deja el campo abierto para iluminados salvapatrias. Es hora de gritar ¡basta ya! El PSOE, como partido mayoritario de la oposición, debe ser consciente de que tiene la responsabilidad de defender el Estado de Derecho de estas salvajes tropelías y si no puede hacerlo desde las instituciones, en la calle hay millones de ciudadanos que están esperando un liderazgo que aúne su malestar con una propuesta honesta de futuro.
  

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
El problema es que los ciudadanos, después de la gestión del gobierno de Zapatero, no creemos ya en el PSOE.
Tanto PP como PSOE vetan comisiones de investigación y comparecencias. Da la impresión que ambos tienen mucho que ocultar.
De vez en cuando los sindicatos, que también tapan, nos convocan y nos sacan a la calle para que gritemos y eso es todo, después nada de nada.
¿qué podemos hacer? ¿En quién confiar? ¿¿Qué podemos hacer???

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