EL VALOR DE LA CONSTITUCIÓN

 

El día 6 se han cumplido 44 años desde que se aprobó nuestra Constitución. Cada día que pasa es más importante que recordemos ese momento y lo que supuso para nosotros y para el país. Conviene que las nuevas generaciones entiendan lo que significó este hecho en nuestras vidas y que el origen de las libertades de las que gozan se debió a un acuerdo político que se da pocas veces en la Historia.

Últimamente se ha escrito y comentado mucho sobre la transición política, se ha criticado el consenso que se alcanzó para hacerla posible y se ha resucitado en los extremos del arco político la crítica a los que protagonizaron aquellos difíciles momentos. Unos por la traición que supuso el suicido del régimen franquista, otros porque defienden que los partidos políticos de izquierda tuvieron una postura débil y que había que haber hecho una ruptura con el régimen anterior. Luego estamos los que defendemos que se hizo bien, dadas las circunstancias en las que se desarrollaron los acontecimientos y que crear un sistema democrático desde una dictadura sangrienta de 40 años de duración y hacerlo de una forma no traumática fue una acción sin precedentes. Recuerdo que se tomó como ejemplo en países americanos para realizar el paso sin traumas de dictaduras a democracias.

En el seno del PCE se produjo un debate sobre este asunto entre los partidarios de romper con todo lo anterior y los que defendíamos cambiar de forma pacífica integrando los miembros del régimen que quisieran aceptar las nuevas reglas de juego. Mucha gente de izquierdas tragó saliva y votó la Constitución con la nariz tapada. El paso del tiempo ha demostrado que la posición que se adoptó fue la acertada, aunque quedaron pendientes asuntos que aún colean y que, después de 44 años de democracia es necesario resolver. Sacar el cadáver del dictador del valle de Cuelgamuros y cambiar el significado del edificio es todo un símbolo para comenzar una etapa que entierre definitivamente aquella época sin que se provoquen reacciones violentas. Las leyes de memoria que se han promulgado por el Gobierno y las CC.AA, es otro paso en el camino de acabar definitivamente con ese pasado de ignominia y dar reparación a las familias que aún mantienen a sus victimas sin enterrar dignamente. Como era de esperar los herederos de los valores franquistas, VOX y parte del PP, se han opuesto frontalmente.

No se puede perder de vista que el resurgir de la extrema derecha y de sus valores no es un hecho exclusivo de España, se ha producido en muchos países de Europa dónde anidó el huevo de la serpiente y ahora mismo están gobernando en varios países de la UE como Italia, Hungría, Polonia y hasta en Suecia.

En 44 años nuestra sociedad ha cambiado mucho y que la madre de todas nuestras leyes necesita ponerse al día es una realidad, pero que no existen las condiciones para hacerlo también lo es.

Las circunstancias políticas actuales de confrontación son fruto de una posición del PP al no admitir que la izquierda pueda ponerse de acuerdo. Ha tachado al Gobierno actual de ilegítimo y no admite que, como en todas las democracias, los partidos políticos puedan acordar un programa y gobernar. Para desacreditar esta realidad democrática y constitucional utiliza sus muchos medios de comunicación afines y el control del Poder Judicial. (¿No es un escándalo que los propios jueces afines al PP impidan el cumplimiento de la Constitución?) Estas actitudes de negar en democracia la legitimidad de un gobierno, como también hace Trump y negarse a cumplir el mandato constitucional de renovar el poder judicial porque lo deja de controlar, no son actos democráticos. ¿Cómo se puede pedir a un partido que hace esto que se siente con todos los demás para consensuar una actualización de la Carta Magna, cuando sus actitudes son más propias de un partido antisistema?

En el fondo esto le importa un bledo, lo que pretende es obtener el Gobierno como sea, una postura que sintoniza más con un sistema dictatorial que con uno democrático.

En estas circunstancias hay que defender, de verdad, nuestra Constitución que nos garantiza un sistema de libertades que ha hecho que España avance en todos los sentidos, y denunciar con firmeza a aquellos que la incumplen porque demuestran lo poco que les importa. Habrá que esperar para reformarla hasta que se tapen las trincheras que han cavado los que consideran que españoles son solo ellos. Un concepto franquista.


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