TAMBIÉN HAY BUENAS NOTICIAS

 

Últimamente no paramos de sufrir con las cosas que escuchamos y leemos. Lo de la pandemia es un clásico que de tanto repetir ya no nos asusta tanto, pero seguimos estando hartos de la mascarilla. Luego está Pablo Casado, permanentemente cabreado, ¿qué le pasa a ese muchacho? Alguien debería decirle que en la vida también pasan cosas buenas y que el resto del mundo no está equivocado. Después está la actitud de la Iglesia, usurpando propiedades, robando vaya, y haciendo la vista gorda sobre los terribles casos de violación y pederastia que han hecho sus curas, tan lejos del evangelio y tan cerca del diablo. El precio de la energía se ha convertido en otro clásico para amargarnos. Estoy seguro que si nos hicieran un test sobre hartazgo, daríamos positivo seguro.

¿Es que no hay noticias buenas que nos alegren un poco, que nos hagan tener confianza en nuestros semejantes? Pues existen, pero están sepultadas entre tanto mal. El año pasado se han creado cerca de 700.000 puestos de trabajo. En Córdoba se ha recuperado el empleo perdido en el 2008 con la crisis del ladrillo. Ha sido la segunda provincia de Andalucía en crear empleo. Ahora tenemos 308.700 cordobeses trabajando, la cifra más alta de la serie histórica. También se ha llegado a un acuerdo entre la patronal y los sindicatos para modificar la Reforma Laboral de Rajoy. Un hecho que solo ha ocurrido una vez antes. Se va a subir el SMI para adaptarlo al crecimiento de los precios. Los pensionistas cobran este mes un 2,5 % más en su paga, además de una paguilla extra para compensar lo perdido el año pasado. Se ha puesto en marcha el ingreso mínimo vital para las personas más necesitadas y que cobran cerca de 15.000 cordobeses.

Son buenas noticias, ¿no?

  Parece que este Gobierno socialcomunista, proetarra y separatista, se preocupa por la gente, principalmente la que más falta le hace que se ocupen de ellos.

                                                                       31-01-2022

                                         Columna de opinión en la Cadena Ser.

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