EL ÉXITO DEL PP
Muchos españoles, algunos medios de comunicación y por supuesto las redes sociales, expresan su incredulidad sobre los resultados electorales de PP. Continúan siendo votados mayoritariamente, con lo que tienen encima de corrupción, mentiras, engaños y una gestión política que tanto daño nos ha hecho. Rajoy sostiene todo este mar de despropósitos con indiferencia y desprecio a las más elementales normas de decencia democrática que, de tenerla, hace tiempo le hubieran hecho dimitir. Es una expresión generalizada, y real, de que en cualquier país europeo esto no podría estar pasando, ¿por qué entonces pasa aquí? ¿Por qué 8 millones de españoles han depositado su confianza en ellos para que nos gobiernen? Las causas de este extraño fenómeno se deben a varias razones, citaremos algunas.
1.- En nuestro acervo cultural ha figurado siempre el concepto de que quién está en el poder lo utiliza en su propio beneficio. Es un hecho que se admite como normal y la democracia no ha sabido o podido alterar esa percepción, por más se haya demostrado que la mayoría de las personas que tienen responsabilidad en las distintas administraciones son honestas. Y ha sido mayoritariamente la izquierda la que ha hecho ese esfuerzo, aunque haya tenido también algunas manzanas podridas en su cesto.
Este es un país donde abundan los tunantes, pillos y sinvergüenzas. Es sintomático que la aportación que hace la literatura española a la universal es la novela picaresca. El lazarillo del Tormes, Rinconete y Cortadillo, Guzmán de Aznalfarache, son ejemplos de esa aportación y reflejo de una forma de ser y sentir española que se remonta siglos en nuestra historia y que explican, en alguna medida, la situación actual de corrupción que padecemos. Asombra el descaro que tienen los corruptos que manifiestan abiertamente sus intenciones.
“Estoy en política para forrarme” llegó a decir un dirigente del PP valenciano.
Esta idea es
la que percibe el ciudadano de a pie que tiene arraigado el concepto de que “todos
roban”, por tanto la corrupción no se castiga en las urnas ¿para qué? Si los
que entren se van a forrar igual. Es muy triste reconocer que somos un país donde
la ética y la honradez no son los principios que se valoran.
2.- Este pensamiento genuino nuestro se ve
reforzado con el carácter tribal que tiene la derecha española, frente al
cainismo tradicional que destruye a la izquierda. Los fieles al PP admiten que hay corrupción, “ sí, son unos corruptos
pero son NUESTROS corruptos”. Un concepto de defensa que también practica la
mafia. Los últimos sondeos de opinión publicados indican que, de celebrarse
otras elecciones, la única fuerza política que sube es el PP, pese a los casos
escandalosos que surgen a diario y pese al ser el único partido político de la
historia procesado por corrupción. Esto se produce porque sus fieles votantes
tienen una fe a prueba de corrupción y se movilizan militarmente. La abstención
de los ciudadanos, hartos de la situación política, les favorece porque ellos
no se abstienen.
3.- La derecha, apoyada por los poderes
económicos, que tampoco brillan por su moralidad, se ha ocupado en controlar
los medios de comunicación, de hecho lo hacen con la inmensa mayoría, y por
tanto controlan la información, la forma de comunicarla y la opinión. El
resultado es que distorsionan la realidad, la carencia de una actitud crítica
por gran parte de la ciudadanía hace el resto. Las declaraciones públicas de
los dirigentes del partido, son mensajes simples, de argumentario, para que los fieles las difundan, no importan
que sean mentiras, por burdas que sean, el caso es repetirlas muchas veces
hasta que adquieran el carácter de verdades. Goebbels dixit. Sus voceros se
encargan de ello que para eso cobran. Es lo que hay.
4.- Pero la
culpa de este estado de cosas también la tiene los partidos de la izquierda. Creíamos
que la democracia suponía un cambio profundo en los comportamientos de los
representantes políticos, sujetos a una valoración de sus actos por parte de la
ciudadanía. Pero nos olvidamos del trabajo que había que hacer para cambiar el
pensamiento y los valores de nuestra sociedad. Es innegable que se ha avanzado
mucho en políticas de igualdad, de bienestar, de sanidad, pero muy poco en
educación y en el fomento de los valores que hacen a una sociedad sana y
crítica. Esa debería haber sido la tarea de la izquierda, pero cayó en la
trampa de la inmediatez de conseguir votos antes que realizar un trabajo a
largo plazo de cambio de pensamiento en
la sociedad.
Mientras
tanto el PP hace responsable de la parálisis política a Pedro Sánchez porque no
hace posible que Rajoy sea presidente. Al Rajoy que anima a Bárcenas a resistir;
al que tuvo como ministra a Ana Mato que no sabía que tenía un Jaguar en el
garaje que le habían regalado a su marido
como soborno; al que encumbra al ex ministro Soria, evasor de impuestos y
creador del impuesto al Sol; al amigo de Rita Barberá; al que otorga un retiro de oro a José Ignacio
Wert, que ha sumido a la Educación en el mayor caos de la historia, el que ha
conseguido el mayor nivel de desigualdad que se conoce… ¿De verdad hay que
dejar que esta persona gobierne? Esto es el mayor despropósito que se ha visto
en la política española reciente, que un partido político de izquierdas, que es
alternativa de Gobierno, haga posible que gobierne esta derecha corrupta para
que continúen haciendo las políticas que han arruinado la vida de tanta gente.
Bien, pues esa aberración política han conseguido convertirla en un mantra, de
tal manera, que están consiguiendo que sea una opinión mayoritaria que, además,
hace mella en las filas socialistas, el
malo es Pedro Sánchez. Todo un éxito.
Comentarios