Caridad y justicia
En estos
días diversas ONG, instituciones, entidades y colectivos ciudadanos
intensifican sus campañas de recogida de alimentos, ropa, juguetes y enseres
para repartirlos entre los que no tiene nada que cada vez son más y están más necesitados.
Es una tarea solidaria loable y digna de ser reconocida. Se trata de intentar
reequilibrar las injustas diferencias de renta, cada vez mayores y más
profundas, provocadas por los poderes económicos, ideológicos y políticos que
nos gobiernan. La pregunta es: ¿Puede la sociedad suplir al Estado en su deber
de reequilibrar los recursos que un país produce? Esa es precisamente la
ideología de la derecha, es decir, hay que impulsar la solidaridad caritativa
entre los ciudadanos para que entre ellos se apañen para repartirse lo que
tienen, naturalmente los que quieran hacerlo. Los que más tienen, los que
poseen grandes fortunas, no sólo no son solidarios sino que evitan pagar los
impuestos que les corresponden.
Desde una
ideología progresista solamente desde los poderes del Estado se puede conseguir
la justa distribución de los bienes. Esto es lo que ha dado lugar al Estado del
Bienestar, que tanto molesta a la derecha y que está desmontando a marchas
forzadas para sustituirlo por la caridad social. Conviene que en la izquierda
no se enreden y confundan los actos solidarios caritativos con la justicia
social. Es una cuestión de principios.
Columna en la SER.
16-12-2013
Comentarios